Test del árbol
Dibujar un árbol es, a simple vista, inofensivo, inocuo, poco intrusivo, por tanto, suele ser muy bien aceptado, incluso para aquellos niños que no dibujan bien.
Pero detrás de la simpleza del árbol van apareciendo plasmados en el papel los diferentes elementos básicos que configuran la estructura del propio “yo”. El árbol toma la personalidad del autor y nos deja contemplar la riqueza de su paisaje personal y sus matices. Es un lienzo único que refleja la verdadera esencia de quien lo ha dibujado.
Forma de aplicación
Puede aplicarse a cualquier edad, si bien, en el caso de los niños más
pequeños, es a partir de los 5 o 6 años, coincidiendo con la
consolidación de las habilidades básicas de dibujo, cuando adquiere
mayor relevancia ya que es cuando el árbol aparece con todos sus
elementos.
Necesitaremos papel en blanco, lápiz, goma de borrar y podemos también incorporar lápices de colores.
Se
invita al niño a que efectúe el dibujo de un árbol cualquiera, el que
él desee y se le da la posibilidad de colorearlo si quiere. No hay que
darle ninguna idea acerca de cómo debe ser el árbol. El niño debe
plasmarlo sin ninguna influencia externa. Si efectúa alguna pregunta o
tiene dudas insistir en las instrucciones: “Puedes dibujar el que tu quieras y como desees”.
No existe límite de tiempo para su ejecución.
Elementos de análisis
a) Raíz y sueloLas raíces representan un elemento
de vital importancia. Tienen la doble función de proveer de alimento y
energía al árbol a la vez que le sirven de firme sostén adentrándose en
las entrañas de la tierra. Constituyen también el elemento oculto. La
transición entre las emociones más intimas y el mundo exterior.
La raíz suele asociarse a la parte más instintiva, de sentimientos más primarios, correspondería a lo que Freud denominó “Ello”.
El suelo constituye el principio de contacto con la realidad. Es el punto desde el que el tronco emerge para sobrevivir en el medio externo.
A partir de los 9 o 10 años (antes suele ser omitido) el trazo de un suelo firme puede asociarse a firmeza, seguridad, convicción en las ideas propias. Contrariamente, cuando el suelo no está presente significaría, inestabilidad, inseguridad, dudas, falta de arraigo, necesidad de encontrar su propio espacio.
Unas raices proporcionadas y bien dispuestas en la base del tronco suponen seguridad, buen contacto emocional con la familia. El niño se siente querido. Cuando se omiten (a partir 8 o 9 años aprox.) y en función del tamaño del tronco, pueden señalar fragilidad, temor, miedo al mundo externo.
b) TroncoEs el elemento más identificado con el “Yo”. En él han de plasmarse la percepción que uno tiene de sí mismo y también el grado de seguridad o confianza que se tiene para afrontar los retos del mundo externo. Los troncos débiles, estrechos, irregulares, bajos o deformes muestran un carácter débil, influenciable, que afronta con temor un mundo externo que es asumido como hostil. Por tanto, el tronco débil puede ser un indicador de problemas emocionales.
Muchos niños con grandes carencias afectivas o que han sido objeto de maltratos, suelen pintar un tronco con un agujero en medio para simbolizar inconscientemente su vacío emocional.
c) Las ramas y la copaLas ramas, las hojas y demás elementos de la parte superior del árbol constituyen las estructuras que se alzan sobre el tronco (sobre el “Yo”) y revelan la calidad e intensidad de las relaciones hacia el mundo exterior. Puede interpretarse como símbolo de los brazos y de la dirección de las aspiraciones. También del estado de ánimo actual.
Según su forma nos describirán a una persona que se adapta al exterior, se comunica eficazmente con los otros o, por el contrario, adopta una posición de retraimiento y defensa de su propio ego ante las amenazas externas.
En algunos dibujos (en especial, la de los niños más pequeños) las ramas pueden ser sustituidas por la copa. En otros aparecen conjuntamente. La copa, según algunos autores (Mauricio Xandró en Tests Gráficos), se relaciona con el autoconcepto y el mundo de las ideas. En este elemento se reflejarían además posibles conflictos actuales.
Conviene que tengamos claros una serie de conceptos antes de intentar descifrar los signos que nos desvela el Test del Árbol.
1º- La interpretación de un dibujo debería basarse en aproximaciones estadísticas, es decir, en que la presencia de una determinada característica del dibujo se asocia con una elevada probabilidad de presentar un rasgo de temperamento o personalidad concreto.
No obstante, en este tipo de test cobran especial relevancia las explicaciones psicoanalíticas al identificar las diferentes partes del árbol (raices, tronco y ramas) con las estructuras freudianas del ello, yo y superyo.
Independientemente del sistema que utilicemos, hay que ser prudentes en la interpretación de estas pruebas. Los datos deben analizarse en conjunto y no tan sólo individualmente. Hemos de tener en cuenta, además, que el niño es un ser en desarrollo, en constante cambio y no siempre es fácil determinar qué piensa y por qué actúa de determinadas maneras, incluido cuando dibuja. Sin embargo, esta reflexión no debe hacernos perder de vista la gran utilidad de estas pruebas como canal comunicativo y de conexión con el mundo interior infantil.
2º- Las diferentes características del niño que podemos ir suponiendo del análisis de esta prueba, sólo tiene validez en tanto en cuanto sean complementadas con otras pruebas u observaciones. Por lo tanto, sólo nos permiten formular hipótesis de trabajo que luego debemos contrastar con otras pruebas. La peculiaridad de cada niño, de cada caso, hace muy difícil establecer el mismo significado incluso para dibujos muy parecidos. De aquí la necesidad de este tipo de pruebas sean subordinadas o complementarias de otras más objetivas.
3º- Las interpretaciones del dibujo deberán tener en cuenta la edad del niño. Una misma característica puede tener diferentes significados según la edad.
La raíz suele asociarse a la parte más instintiva, de sentimientos más primarios, correspondería a lo que Freud denominó “Ello”.
El suelo constituye el principio de contacto con la realidad. Es el punto desde el que el tronco emerge para sobrevivir en el medio externo.
A partir de los 9 o 10 años (antes suele ser omitido) el trazo de un suelo firme puede asociarse a firmeza, seguridad, convicción en las ideas propias. Contrariamente, cuando el suelo no está presente significaría, inestabilidad, inseguridad, dudas, falta de arraigo, necesidad de encontrar su propio espacio.
Unas raices proporcionadas y bien dispuestas en la base del tronco suponen seguridad, buen contacto emocional con la familia. El niño se siente querido. Cuando se omiten (a partir 8 o 9 años aprox.) y en función del tamaño del tronco, pueden señalar fragilidad, temor, miedo al mundo externo.
b) TroncoEs el elemento más identificado con el “Yo”. En él han de plasmarse la percepción que uno tiene de sí mismo y también el grado de seguridad o confianza que se tiene para afrontar los retos del mundo externo. Los troncos débiles, estrechos, irregulares, bajos o deformes muestran un carácter débil, influenciable, que afronta con temor un mundo externo que es asumido como hostil. Por tanto, el tronco débil puede ser un indicador de problemas emocionales.
Muchos niños con grandes carencias afectivas o que han sido objeto de maltratos, suelen pintar un tronco con un agujero en medio para simbolizar inconscientemente su vacío emocional.
c) Las ramas y la copaLas ramas, las hojas y demás elementos de la parte superior del árbol constituyen las estructuras que se alzan sobre el tronco (sobre el “Yo”) y revelan la calidad e intensidad de las relaciones hacia el mundo exterior. Puede interpretarse como símbolo de los brazos y de la dirección de las aspiraciones. También del estado de ánimo actual.
Según su forma nos describirán a una persona que se adapta al exterior, se comunica eficazmente con los otros o, por el contrario, adopta una posición de retraimiento y defensa de su propio ego ante las amenazas externas.
En algunos dibujos (en especial, la de los niños más pequeños) las ramas pueden ser sustituidas por la copa. En otros aparecen conjuntamente. La copa, según algunos autores (Mauricio Xandró en Tests Gráficos), se relaciona con el autoconcepto y el mundo de las ideas. En este elemento se reflejarían además posibles conflictos actuales.
Aspectos a considerar
Conviene que tengamos claros una serie de conceptos antes de intentar descifrar los signos que nos desvela el Test del Árbol.
1º- La interpretación de un dibujo debería basarse en aproximaciones estadísticas, es decir, en que la presencia de una determinada característica del dibujo se asocia con una elevada probabilidad de presentar un rasgo de temperamento o personalidad concreto.
No obstante, en este tipo de test cobran especial relevancia las explicaciones psicoanalíticas al identificar las diferentes partes del árbol (raices, tronco y ramas) con las estructuras freudianas del ello, yo y superyo.
Independientemente del sistema que utilicemos, hay que ser prudentes en la interpretación de estas pruebas. Los datos deben analizarse en conjunto y no tan sólo individualmente. Hemos de tener en cuenta, además, que el niño es un ser en desarrollo, en constante cambio y no siempre es fácil determinar qué piensa y por qué actúa de determinadas maneras, incluido cuando dibuja. Sin embargo, esta reflexión no debe hacernos perder de vista la gran utilidad de estas pruebas como canal comunicativo y de conexión con el mundo interior infantil.
2º- Las diferentes características del niño que podemos ir suponiendo del análisis de esta prueba, sólo tiene validez en tanto en cuanto sean complementadas con otras pruebas u observaciones. Por lo tanto, sólo nos permiten formular hipótesis de trabajo que luego debemos contrastar con otras pruebas. La peculiaridad de cada niño, de cada caso, hace muy difícil establecer el mismo significado incluso para dibujos muy parecidos. De aquí la necesidad de este tipo de pruebas sean subordinadas o complementarias de otras más objetivas.
3º- Las interpretaciones del dibujo deberán tener en cuenta la edad del niño. Una misma característica puede tener diferentes significados según la edad.
Claves para interpretar el test del árbol
1. Tamaño y ubicación en el papel
- Un árbol pequeño (que ocupa menos de 1/4 de la hoja) se asocia a timidez, retraimiento, temor a lo externo, introversión. También puede indicar fragilidad emocional.
- Árbol que ocupa toda la hoja, muestra a una persona normalmente extrovertida, alegre, que no duda en explorar todo el entorno. Probablemente disfruta de la compañia de otros. No obstante, si el dibujo grande muestra un árbol deforme o irreal puede indicar (según la forma), excentricidad, ganas de llamar la atención, baja aceptación de las normas, también agresividad (si aparecen ramas punzantes o formas rectilíneas ascendentes).
- El árbol emplazado en la parte baja del papel, dejando mucho espacio por encima es muy habitual en niños pequeños. Si a estas edades (hasta los 8 o 9 años) además el tronco es frágil puede significar necesidad de seguridad, temores hacia el mundo exterior, dependencia de las figuras de apego. En adolescentes se interpreta como inseguridad, conflicto entre la necesidad de protección parental y autonomía personal.
- Un árbol situado en la mitad del papel suele ser interpretado como necesidad de sentirse el centro de atención de los demás, pero también (según tamaño y forma del árbol), sensibilidad, capacidad de planificación, meticulosidad, sentido práctico.
- Dependiendo de su tamaño y forma, la ubicación superior se asocia a imaginación, al gusto por el mundo de las ideas, a personas soñadoras. En todo caso, preponderancia del idealismo frente a lo material o terrenal. Preferencia por el mundo de la literatura y la filosofía.
- Si ocupa todo el espacio muestra entusiasmo, generosidad, extraversión, sociabilidad. El dibujante explora todo el espacio sin temores. No obstante, en combinación con árboles deformes, irreales, con ramas con puntas u otros detalles, suelen señalar a menudo, presencia de agresividad, falta de control.
2. Las raices
- Un árbol con muchas raices (en especial si son proporcionadas) se asocia a un fuerte apego positivo del niño con su madre y/o familia. Se han establecido unos buenos cimientos para desarrollar una personalidad afectivamente sana. Seguridad hacia el futuro.
- Si las raices son desproporcionadas respecto al tronco pueden ser síntomas de búsqueda angustiosa de estabilidad emocional; también de curiosidad por lo oculto y predominio de conductas primarias.
- La carencia de raices en el dibujo (a partir de los 8/9 años) puede ser síntoma de falta de seguridad en el terreno emocional (especialmente si tampoco se ha pintado el suelo).
3. El suelo
Hasta los 9/10 años, el suelo suele omitirse y se utiliza el propio
margen de la hoja. A partir de esa edad, el suelo es la expresión
inconsciente del nivel de contacto con la realidad y la forma con la que
se afrontan los problemas de la vida.
- El suelo firme, bien trazado y en forma de una o varias rectas, supone capacidad para ver la realidad, claridad de ideas, voluntad de crecer, estabilidad.
- El suelo ondulado, indica adaptabilidad al medio, evitación de enfrentamientos, persona probablemente sensible. Cuando el suelo se dibuja con formas en zig-zag muestran una mezcla de entusiasmo, necesidad de emprender, pero tambien, cierta agresividad.
- Si el suelo se limita a una simple línea corta y limitada (no mucho más grande que la base del tronco) o ésta es cortada de repente por otros elementos (piedras, jardinera, casa, etc...) muestra introversión.
- Si adquiere forma circular alrededor del árbol muestra aislamiento, deseo de ocultar.
- Si es sobre montículo, muestra orgullo, narcisismo, deseo de alejamiento de los demás. Si hay trazos en forma de punta (pinchos): actitud rebelde, de protesta, descontento por la situación personal.
- Si es sombreado, muestra objetividad, sentido práctico y tendencia instintiva. Cuando está demasiado resaltado: búsqueda de placer.
- Si hay ausencia de suelo estaría relacionado con inseguridad, fragilidad o desesperanza.
4. El tronco
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5. Las ramas y la copa | ||||||||||||||||||||||||||||||
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Estos tests me parecen fundamentales para saber el desarrollo de los niños , tanto de la habilidad artística del niño como de su desarrollo personal , ya que desde estos dibujos comparten una información con el mundo exterior muy valiosa tanto para los maestros de Educación infantil y primaria como para los padres de estos niños
ResponderEliminarEstos tests son fundamentales y muy buenos para entender la personalidad de cada niño. El dibujo de un árbol,realizado de forma libre y dirigida, nos da una información muy valiosa, ya que a través de él se pueden apreciar futuras dificultades a la hora de expresar sus emociones ante otros y de relacionarse en su entorno familiar.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl test del árbol, es otro ejemplo claro, de como el dibujo en la etapa de infantil es fundamental en niños tan pequeños, el dibujo del árbol, un dibujo tan simple como se ve, puede reunir las características del propio autor que lo dibujo.
ResponderEliminarEs un gran tema a tratar y por el que interesarse.
Este es otro test que debemos conocer e interpretar, porque los dibujos de los niños aunque al principio son sencillos, hay muchos detalles que tenemos que fijarnos, para ver si hay caracteristicas relevantes a tratar.
ResponderEliminarEste test es tan importante como los otros y por lo tanto también hay que tenerlo en cuenta a la hora de tratar e dibujo con os niños. Ya que gracias a esto se puede conocer muchas características del niño
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